Que las redes sociales se adentren en nuestras vidas desde nuestra más tierna infancia, que los gobiernos reescriban la literatura universal a su antojo para educar a los ciudadanos o que toda una ciudad viva en un edificio en el que la planta determine tu nivel de riqueza y tu futuro es algo que, a priori, suena como algo impensable. Sin embargo, en esta antología coordinada por Ricard Ruiz Garzón son las situaciones que se plantean y que nos hacen estremecernos al final de la lectura pensando en si podrían llegar a hacerse realidad.
Este libro, editado por Fantascy, contiene doce distopías de autores especializados en fantasía y ciencia ficción que nos muestran su propio punto de vista sobre el futuro de nuestra sociedad. Son doce historias completamente independientes que coinciden en una premisa: muestran un futuro realmente sobrecogedor, muy similar a nuestro presente, pero con un toque tétrico. Quizás este ejercicio de literatura sirva para concienciar, desde la literatura, a una sociedad que todavía puede llegar a cambiar su futuro.
Aunque todos los relatos son especialmente destacables, personalmente destacaría WeKids, Instrucciones para cambiar el mundo, En el ático y El error. En el primero de ellos, Laura Gallego nos muestra una sociedad en la que los niños se convierten, desde pequeños, en usuarios activos e hiperconectados a las redes sociales. Y, como ocurre con los showtalents, los padres ven aquí una oportunidad para sacar tajada de su propio hijo. Un relato con un final sorprendente y sobrecogedor.
Por su parte, Felix J. Palma nos ofrece en Instrucciones para cambiar el mundo un relato con reminiscencias orwellianas y tintes surrealistas. En su relato, escrito con la delicadeza a la que nos tiene acostumbrados este autor, asistimos a una revolución alimentada por el amor, donde la pareja se rebela contra un mundo en el que es habitual ir a trabajar en pijama y se duerme en traje.
En el ático, de Rodolfo Martínez, nos lleva a una sociedad estratificada en la que el individuo asciende en la escala social literalmente: todo el mundo vive en un edificio en el que los de abajo son los pobres y los de arriba los ricos. Un thriller policiaco lleno de tensión que nos narra la historia de una asesina a sueldo que quiere mejorar su calidad de vida haciendo trabajos oscuros para los más poderosos.
El último de los relatos que destaco, El error, fue escrito por Rosa Montero no para este libro, sino para un suplemento dominical. Sin embargo, el autor decidió incluirlo en esta antología debido a su calidad literaria y la adecuación al tema. Para mí ha sido la oportunidad de conocer a Rosa Montero en su faceta de escritora de ciencia ficción y tengo que decir que me ha dejado con ganas de más.
El resto de autores que podemos encontrar en esta antología son: Emilio Bueso, Elia Barceló, Juan Miguel Aguilera, Marc Pastor, José María Merino, Susana Vallejo, Jacinto Muñoz y Javier Negrete.
En definitiva, los amantes de la ciencia ficción disfrutarán de este libro enormemente, sobre todo si lo hacen de manera sosegada deleitándose con todos los detalles de cada uno de los relatos. Sobre todo es una gran muestra de lo que la literatura española puede ofrecer en lo que a ciencia ficción y distopías se refiere. Y puede ser una buena excusa para conocer a algunos autores que, a pesar de no contar con tanto prestigio, cuentan con una prosa realmente destacable en este género.
Este libro, editado por Fantascy, contiene doce distopías de autores especializados en fantasía y ciencia ficción que nos muestran su propio punto de vista sobre el futuro de nuestra sociedad. Son doce historias completamente independientes que coinciden en una premisa: muestran un futuro realmente sobrecogedor, muy similar a nuestro presente, pero con un toque tétrico. Quizás este ejercicio de literatura sirva para concienciar, desde la literatura, a una sociedad que todavía puede llegar a cambiar su futuro.
Aunque todos los relatos son especialmente destacables, personalmente destacaría WeKids, Instrucciones para cambiar el mundo, En el ático y El error. En el primero de ellos, Laura Gallego nos muestra una sociedad en la que los niños se convierten, desde pequeños, en usuarios activos e hiperconectados a las redes sociales. Y, como ocurre con los showtalents, los padres ven aquí una oportunidad para sacar tajada de su propio hijo. Un relato con un final sorprendente y sobrecogedor.
Por su parte, Felix J. Palma nos ofrece en Instrucciones para cambiar el mundo un relato con reminiscencias orwellianas y tintes surrealistas. En su relato, escrito con la delicadeza a la que nos tiene acostumbrados este autor, asistimos a una revolución alimentada por el amor, donde la pareja se rebela contra un mundo en el que es habitual ir a trabajar en pijama y se duerme en traje.
En el ático, de Rodolfo Martínez, nos lleva a una sociedad estratificada en la que el individuo asciende en la escala social literalmente: todo el mundo vive en un edificio en el que los de abajo son los pobres y los de arriba los ricos. Un thriller policiaco lleno de tensión que nos narra la historia de una asesina a sueldo que quiere mejorar su calidad de vida haciendo trabajos oscuros para los más poderosos.
El último de los relatos que destaco, El error, fue escrito por Rosa Montero no para este libro, sino para un suplemento dominical. Sin embargo, el autor decidió incluirlo en esta antología debido a su calidad literaria y la adecuación al tema. Para mí ha sido la oportunidad de conocer a Rosa Montero en su faceta de escritora de ciencia ficción y tengo que decir que me ha dejado con ganas de más.
El resto de autores que podemos encontrar en esta antología son: Emilio Bueso, Elia Barceló, Juan Miguel Aguilera, Marc Pastor, José María Merino, Susana Vallejo, Jacinto Muñoz y Javier Negrete.
En definitiva, los amantes de la ciencia ficción disfrutarán de este libro enormemente, sobre todo si lo hacen de manera sosegada deleitándose con todos los detalles de cada uno de los relatos. Sobre todo es una gran muestra de lo que la literatura española puede ofrecer en lo que a ciencia ficción y distopías se refiere. Y puede ser una buena excusa para conocer a algunos autores que, a pesar de no contar con tanto prestigio, cuentan con una prosa realmente destacable en este género.
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